Caistes del cielo

Así sin más un buen día apareciste, yo no te busqué, lo prometo. De hecho por aquel entonces yo no buscaba y mucho menos encontraba, pero se ve que el destino hizo de las suyas y decidió cruzarnos. Desde entonces caminamos en paralelo.

Hay veces que lo que no buscas encuentras, y lo que buscas jamás llega.

Pero tú llegaste, para nunca irte, porque sé que no te iras, al cabo del tiempo me di cuenta que no eras el tipo que deja las historias a medias, y mucho menos los corazones.

Y Caíste del cielo…

No recuerdo si hacia sol ese día pero lo que sí sé que me lo iluminaste por completo, el día y la vida.

Dicen que enamorarse es como querer saltar al vacío, tu mente dice que es una locura pero tu corazón insiste en que puedes volar, algo así se nos debió de pasar por la cabeza aquel día, aquel beso.

Y como leí hace poco, maldito sea el dilema de saber que el verdadero amor de mi vida apareció demasiado pronto y me castigó sabiendo que la vida que quiero llevar significa renunciar a un amor que jamás volveré a encontrar.

Puede ser, pero el amor no aparece ni pronto ni tarde, aparece a tiempo, a tiempo para enamorarte, a tiempo para vivirlo, a tiempo para hacerte sentir justo en ese momento, y no sirve pensar. Vívelo

.

Ahora después de media vida desde aquel día, ahora que sé lo que significó ese beso, ahora que tus ojos ya no me engañan, ni tú tampoco, ahora que sé que el destino jugó con nosotros a su antojo, ahora que comprendo lo que sentí y en nada se compara con lo que siento ahora que sé lo que es llorar por amor y reír hasta romperme en pedazos, ahora que aprendí a leerte entre letras y sé lo que significan tus silencios, esos que utilizas tan a menudo y que me hablan de una vida, ahora que conozco tu heridas y acaricio tus cicatrices, ahora que sé luchar con tus manías y he aprendido a quererlas, tanto como a ti, ahora que puedo saltar al abismo porque sé que tus brazos están debajo, ahora que no se caminar si no es a tu lado, ahora comprendí porque apareciste ese día y no otro, y créeme cuando te digo que volvería a pasar por el mismo lugar aquel día, que volvería a girarme en ese momento, te buscaría con la mirada hasta encontrarme con la tuya, que ese día no podía intuir lo que el destino nos tenía preparado, pero ahora que lo sé te aseguro que doy las gracias por saber que el verdadero amor de mi vida apareció demasiado pronto. Quizás seas uno entre muchos millones, suerte la mía de encontrarte.

Todo llega cuando tiene que llegar, está en ti vivirlo o dejarlo marchar. Nadie se cruza en tu camino por casualidad y tú no estás en la vida de nadie sin ninguna razón.

La vida es un rompecabezas y cuando medianamente lo encajas no insistas en poner piezas donde no caben, quizás no es el momento, espera.

Todavía recuerdo el nerviosismo de cuando te hablé por primera vez, que bonita la vida cuando te manda a las personas correctas en el momento perfecto y eso nos sucedió, un día como otro cualquiera, mentira, nunca será un día cualquiera, ese día caminé sin tocar el suelo, y ahí sigo en las nubes y que verdad esa que dicen que atracción física se siente por cualquiera pero cuando te enamoras de un alma es jodidamente irreparable.

No te esfuerces en entenderlo, podré escribirlo mil veces más, pero antes que yo lo escribiera, ya se encargó el destino de hacerlo, a su antojo, a su manera, y aunque queramos cambiar la historia, ya está escrita, mucho antes la vida sabía que lo seriamos todo.

Y caíste del cielo y yo supe cogerte al vuelo para volar contigo.

PalabrasDel23/Erika