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Son esas personas...

Estamos rodeados de personas, unas que van y otras que vienen, que se cruzan en nuestro camino. Unas pasan de paso y apenas notas que han pasado, pero otras… ¡ay esas otras! a veces es mejor que no hubieran pasado. Esas si se hacen notar, ellas si que ponen tu mundo patas arriba, esas si que no pasan sin más, cuando lo hacen notas que están.

Son esas personas la que quiero en mi vida, las que viven y no están para pasar el rato. Las que me regalan sonrisas sin pedírselas, que me hacen bajar la mirada sin me miran fijamente, que tienen siempre una palabra para dedicarme, que pueden que tengan un mal día pero saben afrontarlo con un “par”. Personas que no se han ido y ya las echas de menos.

A veces te miran como si no hubiera nadie más, como si solo existieras tú. Te hablan sin palabras y te conmueven con solo un gesto, te erizan la piel y un poco el alma también. Pierdes la cuenta del tiempo, solo estas.

Sabrían enamorar a cualquiera en un simple café. Y lo saben. Tienen claro lo que quieren y van a por ello, cuidado porque si eres tú no tienes escapatoria, a menos que seas fuerte, muy fuerte para poder escapar y no caer. Aunque sé que en el fondo es lo único que quieres.

Puede que sea la persona correcta en el momento equivocado, pero puede que sea lo más bonito que te ha pasado, o te vuelves cobarde o le haces caso al corazón. Si no lo tienes claro corre. Aléjate. Recuerda, solo tienes el tiempo de un café.

Existen, pasan con tanta fuerza que pueden destruir tu mundo o arreglarlo para siempre, depende de lo que estés dispuesto a vivir. No las ves venir, solo las sientes, aparecen en tu vida en el momento preciso, y sin esperarlo como si hubieran estado esperándote, vuelves la calle y ahí están, para ti. Para llegar y sorprender.

Son esas personas las que no pasan por la vida de puntillas, pisan tan fuerte que cuando se van dejan huellas, en ocasiones en el corazón y otras en la vida. Si encuentras una de ellas no la sueltes. Cuando tu vida llegue a su punto y final, quizás llegues un poco despeinada, y dando tumbos sin saber muy bien como has llegado, pero lo único que sabrás es que mereció la pena.

PD: Siempre merece la pena, y mucho más las alegrías contaros historias con un poquito de realidad, letras que son mías pero vidas que son vuestras, que de un modo u otro me cedéis, a veces conscientes y otras no tanto pero que con gusto absorbo y escribo. Y esta es una de esas que una escribe, sabiendo que no puede tener más verdad, que la vida te regala personas de ese tipo, que te hacen la vida mucho más movidita y sin duda más bonita aunque en ocasiones debas cerrar los ojos y dejarlas marchar porque simplemente no toca.

Gracias por esta realidad.

PalabrasDel23


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